América encierra una enorme variedad cultural, geográfica y natural. La selva amazónica, la cordillera de los Andes, las Islas Galápagos, la Patagonia o la Antártida, también denominada el paraíso blanco, ofrecen un amplio abanico de escenarios diversos.
Pequeñas comunidades indígenas como la de los Uros, cuya población habita sobre islas flotantes en el Lago Titicaca. Ciudades coloniales en las que parece haberse detenido el tiempo como en Arequipa o Antigua Guatemala. Grandes urbes cosmopolitas o modernas metrópolis como Río de Janeiro. Maravillas arqueológicas como los Moais en Isla de Pascua o las majestuosas ruinas incas de Machu Picchu. Las misteriosas líneas de Nazca y el conjunto más imponente del mundo Maya en Tikal. Ritos y costumbres de gran valor antropológico o playas de arenas blancas y aguas cristalinas las encontramos en México.
Biodiversidad y naturaleza en su estado más puro en Costa Rica. Vasto territorio de gran riqueza natural en Brasil, Pantanal, Lençois o Iguazú. Paisajes extremos y únicos como el Desierto del Atacama, los glaciares patagónicos o los salares bolivianos. Volcanes aún activos en Ecuador y Guatemala.
Sin olvidar la cordialidad, sencillez y el calor de sus gentes. Festejar al ritmo cubano, recibir un saludo en una remota aldea andina, despedirse de una familia aymara tras convivir unos días, compartir risas y sonrisas con algún porteador de la Senda del Inca, todo ello son imágenes que quedarán grabadas en nuestra retina.
¡ El continente americano nos regala una vivencia excepcional!