Un continente de grandes espacios abiertos; de reservas naturales, únicas por su biodiversidad; de extensas sabanas, volcanes nevados, cordilleras imponentes y oasis de exuberante vegetación.
Un continente misterioso, en el que perviven culturas milenarias, costumbres y tradiciones ancestrales.
Un continente excitante, de bulliciosos mercados, de gentes cordiales, receptivas, abiertas, alegres y hospitalarias.
En definitiva, un continente que alberga escenarios insólitos, ciudades de barro únicas en su estilo, …. rincones recónditos y sorprendentes.
En Kenya y Tanzania, Zimbabwe, Botswana y Sudáfrica se encuentran vastas regiones protegidas donde poder contemplar la espectacular vida salvaje. Namibia lo reúne todo en un país; bellos escenarios naturales como Parques Nacionales o el Desierto Costero, una variada fauna y etnias como los Himba, los Herero, los Damara o Los Ovambo. En los países ribereños del Mediterráneo como Marruecos o Túnez, en Ghana y Senegal, o en Benín y Togo nos sorprenderán entre otros, por el colorido de sus mercados o el pintoresco ambiente de sus pueblos y poblados. En Lybia o Egipto se descubren los orígenes de nuestra cultura, restos arqueológicos que son testimonio de épocas de una gran riqueza formal y artística. Ciudades de barro y las mezquitas más grandes del África Subsahariana se encuentran casi intactas en Mali y Burkina Faso. Y el inmenso desierto del Sáhara que desde el Mar Rojo se extiende hasta las costas del Atlántico en Mauritania. Mención aparte de Etiopía, que en su territorio reúne diversas culturas, religiones, etnias e historia.
Olores y colores, multiculturalidad en estado puro.