Turquía

Turquía es conocida hoy como puente entre Oriente y Occidente. Ha sido cuna de una gran cantidad de civilizaciones a lo largo de su historia, conviviendo actualmente en su territorio lo antiguo y lo moderno. La mayoría de sus habitantes son extremadamente hospitalarios con los visitantes. Sus paisajes, variados y llenos de dramatismos geográficos, se unen a excelentes playas. El país también nos ofrece una amplia y variada gastronomía, artesanía para el deleite de la vista como sus magníficas alfombras o tallas en madera y sugerentes danzas del vientre.

El país cuenta con mesetas rodeadas de montañas, con el monte Ararat, en eterna disputa con Armenia, como su máximo exponente (5.185m). Está bañado por el Mar Negro y el Mediterráneo, unidos ambos a través del Estrecho del Bósforo. Y cuenta con lagos dulces y salados, como el lago Beysehir o el lago Van respectivamente, así como con frondosos bosques o paisajes lunares y únicos.

Ciudades como Estambul, cuyas zonas históricas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985, y entre cuyos callejones merece la pena perderse. Regiones como la Capadocia, en Anatolia Central, cuyo paisaje lunar es obra de un minucioso trabajo de la naturaleza, y cuyo testimonio histórico plagado de iglesias rupestres excavadas en la roca como la de El Nazar o ciudades subterráneas como Kaymakli o Derinküyu, así como el complejo monástico y sus iglesias de los siglos X a XII, conocido como museo al aire libre de Göreme, nos dejarán sin aliento. Y no nos olvidemos de las fortalezas trogloditas como Üçhisar, Ortahisar.

En la región de Mármara se encuentran joyas como Bursa, importante centro en la ruta de la seda. En la del Egeo se encuentra Izmir que alberga el Museo Arqueológico con una soberbia colección de antigüedades, incluidas las estatuas de Poseidón y Démeter. Pérgamo, Cannakale, Fetihye o Bodrum son otros de los centros de interés histórico. En la costa sur se encuentra Antalya convertido en un gran centro turístico de playa y descanso.

En el este de Turquía se encuentran los Montes Toros (Taurus)  y una tremenda diversidad de tierras: la meseta de color rojo ocre de Erzurum; los bosques, cataratas y verdes pastos de Kars y Agri; la capa de nieve que hay permanentemente en el bíblico Monte Agri (Ararat) o el inmenso Lago Van con sus profundas aguas azules.

En definitiva, un país con una gran diversidad paisajística, natural, una gran importancia histórica y con rincones llenos de magia.