Shinrin Yoku, el abrazo de la naturaleza

En 1982 en Japón se creó un programa de salud nacional llamado shinrin yoku. Es una filosofía oriental japonesa y una manera de combatir los males que aquejan al ser humano en la ciudad, consecuencia de su desconexión con la naturaleza.

Los japoneses llevan utilizando la naturaleza como método terapéutico desde hace miles de años. Shinrin, literalmente significa árbol y yoku, baño, es decir el arte de bañarnos entre árboles.

Esta filosofía nos invita a sentir los efectos sanadores y rejuvenecedores de sumergirnos en la naturaleza, de reconectarnos de nuevo con ella y tomar conciencia de nuestra inherente conexión con la tierra.

El libro

«Según el libro Shinrin yoku. El arte japonés de los baños de bosque, practicar el shinrin yoku no solo nos ayuda a relajarnos y a acercarnos más a la naturaleza, con la relajación y la paz que eso conlleva. También puede ayudarnos a tratar enfermedades como el estrés, la depresión, ayudarnos a reducir la presión arterial, etc.»

La filosofia Shinrin yoku requiere además de implicación, una escucha activa de la misma. En Japón, muchas empresas están facilitando a sus empleados una excursión anual para adentrarse en los bosques, para sentir los efectos positivos de esta terapia. Desconexión tecnológica, respiraciones profundas y sensación de unión con la naturaleza. Según indican, salen renovados, más serenos y llenos de nuevas, buenas energías e ideas a poner en práctica.

Durante la pandemia también Islandia se ha pronunciado al respecto. Ha animado a sus ciudadanos a abrazar a los árboles al menos durante cinco minutos al día, para superar el aislamiento social y mejorar su bienestar.

Según Throstur Eysteonsson, director del servicio forestal islandés: «Abrazar árboles es bueno para ti, pero nuestra motivación principal es invitar a la gente a caminar por el bosque. Hay muchos hallazgos de investigaciones que muestran que pasar tiempo en un entorno boscoso tiene beneficios para la salud, y que pueden combatir el estrés, la depresión, la presión arterial y la función del sistema inmunológico. Abrazar un árbol no es más que una ventaja. Es intrínsecamente gracioso abrazar un árbol, te hace sonreír, y sonreír también es bueno para ti».

Puede parecer una práctica extraña, pero la investigación sugiere que podría ayudar a las personas a sentirse mejor.

Animamos a todos nuestros viajeros y lectores a una reflexión.

Paloma

9 noviembre, 2021 a las 1:52 pm

Nos vamos olvidando que nosotros también somos naturaleza, estamos creados de la misma materia. Abrazar un árbol ,escuchar un río , mirar las estrellas, de las que todos venimos, ese polvo primigenio que nos creo a todos. Los árboles ,forman parte de nuestra familia biológica y emocional, esa conexión es tan hermosa….., fortalece a la naturaleza y a nosotros mismos.

Responder