Viajar a Jordania, es mucho más que llegar a Petra. Jordania es un destino vibrante que no deja a nadie indiferente. Escuchar el sonido del viento barriendo las arenas del Wadi Rum. Quietud y misterio en el Templo del Tesoro.
Tumbas Reales o paisajes lunares. Aguas saladas de barro negro. Aguas cristalinas con arrecifes coralinos. Naturaleza en estado puro. Historia, cultura, civilización, tradición y modernidad confluyen en este pequeño y rico país.
Y por ello queremos destacar alguno de los lugares que creemos imprescindibles a visitar en el país.
Ammán, capital de Jordania, es la que se levanta sobre siete colinas. A pesar de no ser una ciudad que quite el aliento, si merecen una visita la Ciudadela y su museo arqueológico, así como el Teatro Romano, del s.II, excelentemente conservado. La joya de la corona es Petra, capital del Imperio Nabateo. Esconde además de la mundialmente famosa fachada del «Tesoro«, muchos otras joyitas y recovecos perdidos entre cañones. Recomendamos pasar en la ciudad al menos dos noches para ser conscientes de la profundidad e importancia histórica del lugar.
Madaba, es la ciudad conocida por sus mosaicos. Entre todos ellos destaca especialmente el mapa de Tierra Santa., del s.VI, que se encuentra en el suelo de la iglesia de San Jorge. A pesar de que sólo queda intacta una pequeña parte del mismo, las historias que describe son significativas de la época. Jerash, la antigua Gerasa cuyo yacimiento es de los mejor conservados de todo el país. Su mayor apogeo fue durante los siglos I al III y caminar entre sus vestigios nos hará retrotraer en el tiempo unos 2000 años. Tambien la época de las cruzadas del s.XII y sus leyendas tienen cabida en Jordania. Y uno de los mejores ejemplos lo encontramos en el castillo/fortaleza de Kerak. Su enclave estratégico y su arquitectura, combinando varios estilos (bizantino, árabe y europeo), han hecho de él una gran obra defensiva.
El Mar Muerto. Es el lugar más bajo de la tierra, a más de 400mts debajo del nivel del mar. Al meternos en las aguas saladas de este lago, alimentado por el río Jordán, la alta concentración de sal nos confiere una sensación de flotabilidad única. Y sus barros de color negro son famosos en todo el mundo sobre todo por sus propiedades medicinales. No dejes de embadurnarte.
Aqaba, y el Mar Rojo. Aguas cristalinas y una biodiversidad única. Paraíso de buceadores y para hacer snorkel. Lugar ideal de desconexión.
El desierto
Wadi Rum Y del nivel del mar nos vamos hasta los 1.600m sobre el mismo, donde se encuentra este desierto de arenisca plagado de bellísimas formaciones rocosas. Paisajes lunares que encierran misterios de la naturaleza. Cielos atemporales con un poblado firmamento. En este espectacular entorno en donde uno se funde con el infinito, se rodó parte de la película «Lawrence de Arabia».
Las reservas de la Biosfera de Wadi Mujib, con sus gargantas, cañones profundos y cascadas, o la reserva de Dana, en la que se encuentra la mayor diversidad biológica del país son el contrapunto paa el que piensa que Jordania es sólo desierto. Dana alberga una fauna y una flora muy variada, con más de 800 especies de plantas y unas 450 especies de animales. Otros de los lugares a los que no llega todo el mundo, son los conocidos como castillos del desierto, situados en el Este del país. Hay aproximadamente unos veinte, pero los más famosos y visitados son: Qasr Al Kharana, construído por los omeyas, Qasr Amra, que alberga unos bellos frescos, y está en la lista de Patrimonio de la Humanidad, Qasr Al Azraq y Qasr al Hallabat.
Jordania es en definitiva, un destino variado y vibrante.