La vida en Egipto se desarrolla principalmente a ambas orillas del río Nilo, que cruza el país de sur a norte desembocando en el Mediterráneo. Sus costas, con poblaciones como Hurghada, en el Mar Rojo ofrecen múltiples posibilidades a los amantes del buceo y otras actividades náuticas por su gran riqueza marina. Playas de arenas blancas, aguas cristalinas, peces de colores y hasta corales. Al otro lado del Canal de Suez se encuentra la Península del Sinaí, en la que se encuentra el punto más alto del país, el Monte Santa Catalina y los pueblos de Ras Mohammed o Sharm el Sheikh.
Abu Simbel, “la montaña pura”, se encuentra en el extremo sur del país, junto al lago Nasser y forma parte del Museo al Aire Libre de Nubia y Aswan, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979. Aswan, la ciudad más importante del Alto Egipto, fue muy conocida por ser en su momento el lugar de donde se extraía el granito para la construcción de obeliscos.
Kom Ombo, es uno de los templos mejor conservados de la época Ptolemáica. Edfú alberga el templo de Horus, y fue el punto desde el que partían las caravanas hacia el oeste. Luxor, la antigua Tebas, alberga entre otros el Valle de los Reyes, necrópolis del Alto Egipto donde se encuentra la tumba de Tutankamón, el Valle de las Reinas, el templo de la reina Hatshepsut y los Colosos de Menón.
Cairo, conocida también como la “madre de todas las ciudades”, es la mayor ciudad de África y de Oriente Medio. Y Alejandría, a orillas del Mediterráneo, es una ciudad cosmopolita y moderna. En el Oeste del país se extiende el desierto blanco y los oasis occidentales entre los que se encuentran, Bahariya, el más cercano al Cairo, Farafra, Dakhla, Kharga o Siwa.